¡Artífices de nuestra vida!

24.06.2025

Podría relatar lo que se siente transitar un desierto. Si bien no he pisado las arenas del Sahara, he transitado las arenas desérticas de sentirme perdida en mi propia vida. A veces la voz del miedo y del temor grita más fuerte que la voz de nuestro ser interior, que está desesperado por ser escuchado. No sé bien en qué momento comencé a vivir una vida desde la ajenidad, desde no sentirme parte de ella. Es como que si la corriente intempestiva de un río me hubiese llevado, y no podía frenar en ninguna orilla. Sentí morir tantas veces... Y es que hay situaciones que implican tanta pérdida, que se olvida para qué estamos en este mundo. Y tener claro nuestro "para qué" nos ayuda a transitar cualquier "cómo".

Creo fervientemente en el propósito eterno con el que fuimos creados. Somos parte de un plan mayor, que requiere de nuestros dones y talentos para poder llevarse a cabo. Nuestro aporte es tan importante, pero precisa de la valía y el esfuerzo persistente para lograrlo. Nos aferramos a esta vida con tanto esmero, sin considerar que somos "un momento en este plano". Trabajamos arduamente por cosas tan banales, y nos vamos marchitando día a día, año tras años, en la vanidad de nuestras creencias. Viviendo insatisfechos, frustrados y enojados; direccionados por creencias limitantes que sólo nos hacen creer que no podemos "cruzar" el charco. 

Si algo aprendí en estos años de experiencia, de acompañar a cientos de personas en sus procesos de crecimiento, de sanación; en estos años de tomar decisiones trascendentales, en mis errores y aciertos, es que la vida debe ser vivida desde un estado de consciencia tal que si miro atrás, mi Carlita de 8 años  está orgullosa de mí, y mi Carlita de 80 rebosa de satisfacción. Una vez tuve la oportunidad de preguntarle a mi abuela de 87 años si ella tuviese la oportunidad de volver a sus 30 años, qué haría diferente, y su respuesta fue " NO DEJARÍA DE SER YO MISMA". Su respuesta fue un bálsamo a mi corazón, y entendí que estaba yendo por buen camino. 

No siempre el mejor camino, es el más fácil, mayoritariamente no suele ser el más fácil. Es más simple no entrenar, que ir todos los días. Es más posible quedarme en lo conocido, que salirme de la caja y construir una vida plena. Nos da miedo asumir riesgos para crecer y desarrollarnos, ¿Cuántas personas con capacidades extraordinarias pasan sus vidas aburridas y enojadas porque no se animan a salir de su zona de confort? Conozco muchas... 

Gracias a Dios por la valentía con la que dotó mi corazón, para creer que había otra vida diferente a la que tenía. Asique como la Biblia relata que Moisés apoyo la vara y el mar se abrió de par en par para que Israel cruce el Mar Rojo, yo también tuve que apoyar "mi vara" confiando que el mar iba a abrirse. Y aunque creí por momentos que iba a ahogarme, el mar se abre día a día a medida que avanzo confiando en que estoy yendo a donde debo estar, según ese diseño maravilloso que me trasciende. 

 Los animo a que crean que se puede, porque se puede. Podemos transformar nuestra vida en una vida que nos guste, que nos llene, que tenga un propósito, que sea de inspiración para otros. Somos la obra maestra del Creador. Dejemos de vivir como si no pudiésemos hacer otra cosa más que "sobrevivir". 

Si te interesa transformar tu vida de manera integral, estoy acá para acompañarte.

Te abrazo.